Amanecer de una nueva movilidad en isla.
Elon Musk, fundador y dueño de empresas como Tesla y PayPal, dice
que para el año 2037 tener un vehículo que no sea autónomo será como tener un
caballo para transportarte hoy, mientras que Mar Hershenson, fundadora del
fondo Pear de Silicon Valley, es mucho más drástica y se atreve a pronosticar
que en solo 10 años, cuando se generalice el uso estos vehículos autónomos, se
prohibirá que las personas conduzcan, y que mas bien la actividad de “conducir
terminará siendo un deporte como lo es ahora la hípica”.
No está mal, si consideramos que estos y muchos otros avances han
sido logrados por un tipo de Primate que hace aproximamente 65 mil años atrás sale
de África y asegura la supervivencia de su especie distribuyéndose por todo el
mundo usando sus propias piernas como primer medio de transporte, y que
posteriormente, desarrolló como primeras tecnologías de movilidad el calzado y
la domesticación de animales para el transporte de personas y cosas. Más aún,
desde entonces, este denominado Homo-Sapiens, no ha dejado de moverse, y hoy en
día se propone a futuro la colonización del sistema solar.
Como muchos saben, en febrero pasado el Poder Ejecutivo promulgó
la nueva Ley No. 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad
Vial de la República Dominicana, sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de
difusión correspondiente, no todos están conscientes de la trascendencia de
esta nueva política pública que por primera vez integra toda la estrategia y
ejecutorias del Estado en este sector, creando un solo órgano rector que
supervisa y coordina con todos los actores público-privados que intervienen, el
Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre.
Así mismo, el gobierno dominicano definió un Plan Nacional de
Seguridad Vial que comprende el horizonte de tiempo entre los años 2017-2020 y
escogiendo como objetivo fundamental el de reducir, al término de este
horizonte temporal, el índice de muertes por accidentes de tránsito en un 30%.
En ese sentido y considerando que el 62% y 19% de estas muertes afectan a los
conductores de motocicletas y peatones, respectivamente, en el Plan se han
priorizado intervenciones directas en estos actores.
Antes de proseguir, debemos estar conscientes de que ya sea un
indefenso bebé recién nacido o un experimentado profesional, todos, y
absolutamente todos, tenemos que movernos en algún momento de un punto A a otro
punto B, al igual que sucede con todo producto o bien material movible y hasta
que la ciencia no sea capaz de tele-transportar algo más que partículas
elementales, debe mediar en dicha traslación un medio físico que nos permita salvar
la distancia a ser recorrida, pero como se trata un enorme flujo de seres
humanos y cargas preciadas, el medio en cuestión debe contar con una de una
serie de elementos que lo hagan seguro y eficiente.
Es decir, cuando hablamos de movilidad en República Dominicana
debemos entender que esto involucra a más de 10 millones de ciudadanos, más de 6
millones de turistas, aproximadamente un millón de inmigrantes, y todo un
sistema de producción de bienes y servicios que permanentemente transitan en un
enorme flujo dinámico que no es perfecto y, por tanto, mejorable.
Por todo lo antes descrito podemos asumir que cualquier inversión
o ejecutoria Estatal correctamente diseñada e implementada, impactará
positivamente en la mayoría de indicadores que como nación observamos para asegurarnos
que avanzamos en el camino hacia un verdadero desarrollo sostenible, tal es el
caso de índices de Desarrollo Humano y de Pobreza Multidimensional, entre
otros.
Y no es para menos, la Organización Mundial de la Salud estima que
los daños por accidentes de tránsito le cuestan a las economías de los países
de la región, entre 1 a 3 % el Producto Interno Bruto (PIB) y en República
Dominicana podríamos estar hablando de una cifra aproximada a los 100,000
millones de pesos. Así que, la posibilidad de que esté gestándose este enorme
costo económico para la sociedad resulta aterradora cuando vemos informes, como
el más reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que apunta a que
en el país la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito alcanza entre 25 y
30 muertes por cada 100 mil habitantes, una cifra superior a la promedio de la
región que ronda los 15 y 20 muertes por cada 100 mil personas.
Sin embargo, estos valores negativos en los indicadores del sector
no están relacionados principalmente a posibles deficiencias en nuestra
infraestructura vial y sus complementos, de hecho, República Dominicana ocupa
el quinto lugar entre los países latinoamericanos con mejor infraestructura
vial, según lo establecido por el Foro Económico Mundial en el Informe Global
de Competitividad 2013-2014, y el informe más reciente (2016-2017), pasamos de
ocupar el puesto número 62 al 54 de 140 países del mundo, es decir, mejoramos
la calidad de nuestras vías de transporte terrestre. Entonces ¿QUÉ ES LO QUE
PASA?, bueno, lo que pasa es que EL PROBLEMA SOMOS NOSOTROS, es decir, lo
fundamental en este asunto es el comportamiento del usuario cuando transita usando
medios de transporte disponibles, POR TANTO, la inversión inicial pesada que
debe hacer el gobierno para implementar una nueva movilidad en la isla, es
precisamente en acciones de formación, tanto de ciudadanos como de agentes de
tránsito, así como el diseño e implementación de controles que estimulen un
correcto comportamiento, mientas que por el otro lado desincentiven las violar
a las normas.
Hoy nos encontramos ante el amanecer de una nueva movilidad, una
que considere la sostenibilidad medio ambiental, la eficiencia para la
competitividad, pero sobre todo, una movilidad orientada a mejorar las
condiciones socio-económicos del pueblo dominicano, usando metodologías y
tecnologías avanzadas para el levantamiento, gestión y análisis de información
(Big Data, Data Mining, etc.), educando e implementando un verdadero régimen de
consecuencias para los usuarios, dentro del marco de un contexto global de
planificación estratégica que considere que es cada vez más evidente que hoy es
más importante par las ciudades su sistema de conectividad que sus fronteras.
Comentarios
Publicar un comentario