EL HOMBRE MEDIOCRE EN REPÚBLICA DOMINICANA

"Todos los enemigos de la diferenciación vienen a serlo del progreso; es natural, por ende, que consideren la originalidad como un defecto imperdonable" - José Ingenieros



El sistema educativo dominicano ha venido siendo tema de debate público en los últimos años como nunca antes. Desde el intento de un Ex-Ministro de Educación que tuvo la osadía de pretender poner a trabajar a los maestros, cambiar radicalmente la forma en que estos enseñan, además de una reconfiguración de los materiales y herramientas empleadas en el aula para incentivar una verdadera construcción de conocimiento. Sin embargo, las reacciones fueron contundentes, toda la iniciativa que buscaba una reforma integral del sistema educativo fue satanizada por los medios propiedad de empresas beneficiarias del viejo modelo, el Ministro fue destituido, y prácticamente todo el tema sepultado.

Es increíble como la gente que vive de un sistema, vigente por generaciones, se aferra a ellos. Esas mismas personas incluso casi instintivamente saben que cualquier cambio significativo del modelo significaría prescindir socialmente de ellos mismos. Entonces ¿como cambiar el modelo educativo en la República Dominicana?, sencillo, REVOLUCION.

Aunque la palabra REVOLUCION, en un principio parece peligrosa, en realidad nos referimos a romper viejos pactos, paradigmas, y ¿por qué no? dejar quebrar viejos modelos de negocios que se nutren del sistema obsoleto. Todo lo anterior conduciría, en un principio, a un torbellino de inseguridades y cuestionamientos desde todos los ámbitos socio-económicos, pero con una mano firme y la participación de expertos no comprometidos con lo vigente, se podría sobrevivir a la tormenta el tiempo suficiente como para empezar a mostrar resultados que conviertan al nuevo paradigma a los más acérrimos opositores, o por lo menos provocar su autocensura. 

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